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miércoles, 9 de junio de 2010

selva misionera



La selva misionera está ubicada en la región nordeste del país y es la región forestal natural por excelencia. Misiones presenta magníficas condiciones ambientales y se caracteriza por ser boscosa con clima subtropical. En la mesopotamia se concentra el 57% de los bosques plantados del país, sobre todo pinos y eucalipto. Debido a las precipitaciones abundantes y confiables, el clima y el suelo, sostiene una tasa de crecimiento forestal muy elevada. El promedio anual de precipitaciones oscila entre 1750 y 2000 milímetros por año.

Sector celulósico-papelero

El sector celulósico-papelero es uno de los pocos sectores primarios que genera, tanto beneficios ambientales, como sociales, y es uno de los pilares de la economia misionera. argentina cuenta con un gran potencial forestal y tiene participación en el mercado mundial con diversos productos, siendo la celulosa y el papel, los productos de mayor participación.

La industria maderera procesa alrededor de 7 millones de metros cúbicos de madera en bruto por año y del total de su produccion existe un importante excedente que posee excelente aptitud para la fabricación de pasta celulósica, que se destina a la elaboración de papel. Notables efectos positivos tiene el desarrollo forestal en la industria que utiliza la materia prima forestal como insumo, específicamente la industria celulósica papelera.

La producción de papel y de sus derivados creció un 25% entre 1990 y 1996. Este sector ha crecido lenta pero sostenidamente en este período; el aumento de la producción reviste gran importancia.

El consumo de papel en Argentina es de 36 kilogramos anuales por persona. El papel ha adquirido importancia en el consumo masivo y ha aumentado notablemente su demanda con objetivos de comercializacion.

No existe ninguna legislación que prohiba el uso productivo de plantaciones boscosas y privadas. Los planes de inversion de las empresas privadas se desarrollan a largo plazo, debido al extenso ciclo que tiene el productos.

La selva paranaense, o selva misionera, cubría a principio de siglo cerca de un millón de kilómetros cuadrados. En la actualidad, sólo cerca del cinco por ciento de la extensión original permanece en pie, y la mayor parte está en Misiones: pero alcanza sólo el 35 por ciento del territorio provincial.

En esa enmarañada masa de vegetación que es la selva misionera, se distinguen seis estratos, determinados de esa manera a partir de la altura de las especies vegetales. El de los emergentes o gigantes está conformado por árboles cuyas alturas oscilan entre los 30 y 40 metros; el de los árboles grandes, que sobrepasan los 15 metros; el de los medianos, integrado por árboles jóvenes que aún están en desarrollo.

Entre los estratos de vegetación más baja figuran el arbustivo, integrado por arbustos, enredaderas y helechos arborescentes, y el estrato herbáceo, conformado por aquellos vegetales que están al ras del suelo.

La biodiversidad de Misiones es muy variada. Los elementos que integran los cientos de ecosistemas se complementan entre sí y se constituyen en el sustento de todo lo que está vivo en la tierra colorada, mamíferos, insectos, aves, reptiles y toda la vegetación. Son el sustento también del agua, que nace sana y cristalina en el medio del monte.

El recurso más valioso de Misiones es la flora. La provincia tiene cerca de treinta mil kilómetros cuadrados y cerca del 35 por ciento de su territorio está cubierto por vegetación. Hay lugares donde se registraron alrededor de 150 especies en sola una hectárea. Y ese potencial, rodeados de cientos de atractivos se conjugan para hacer de Misiones una de las zonas con mayor oferta turística.

El turismo tradicional, el alternativo, el de aventuras y el ecoturismo son los pilares de esta provincia que tiene la intención de hacer de la actividad, una industria real. Se agrega la historia del hombre, aborígenes e inmigrantes, que ofrecen su rica experiencia definida como turismo cultural.

Los típicos caminos misioneros, la sacrificada historia de su gente, los cientos de saltos y cascadas, los árboles (no en vano bautizaron los guaraníes a esta zona como e yvyrá-retá, es decir, el lugar de los árboles), las actividades rurales y hasta los mitos y leyendas de un pueblo generoso se conjugan siempre para sorprender a propios y extraños, para hacer de Misiones una provincia turística.

La base, la esencia, está en la vegetación. Hasta hace poco, Misiones era sinónimo de selva, en todo el mundo. Pero la región, sus 29.800 kilómetros cuadrados, no quedaron ajenos a la deforestación para abrir ciudades o potenciar industrias. Y así comenzó a crecer.

perservar la vida forestal

Preservar el monte será preservar la vida y toda posibilidad de desarrollo de esta provincia que en sí misma representa apenas el 0,8 por ciento de la superficie total de país y está unida al resto de la Argentina sólo por el 20 por ciento de su superficie (el 80 por ciento restante son límites internacionales).

La mayoría de las propiedades que celosamente guarda la selva misionera no fueron descubiertas todavía. Se cree que es un gran reservorio para áreas de importancia tales como la salud, la alimentación y hasta la industria textil.

Mientras tanto, todo ese conjunto de paisajes, historia, flora y fauna, de biodiversidad, está a disposición de todo el planeta.