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miércoles, 8 de septiembre de 2010

¿Qué es la "deforestacion?

La deforestación es, en pocas palabras, el proceso por el cual la tierra pierde sus bosques en manos de los hombres ante la necesidad de incorporar nuevas zonas agrícolas a la producción de alimentos o el interés por comerciar con las maderas obtenidas de los árboles. Con esta acción, el hombre no sólo le pone fin a la vida de miles de especies de animales y vegetales, también está modificando el clima del planeta y convirtiendo ecosistemas ricos en tierras inútiles, completamente erosionados.
Cuando una región boscosa es talada para llevar a cabo tareas agrícolas, puede suceder que se logren buenas cosechas durante los primeros años, pero con el tiempo los rendimientos decaigan abruptamente. Esto se debe a que, al desaparecer del suelo la cubierta vegetal primitiva, el terreno queda desnudo y a merced de la erosión que provocan los vientos y las lluvias, que “barren” la capa de mantillo de unos 10 o 20cm de espesor.
Una región muy afectada por la erosión es la tropical, debido que al despejar la vegetación primitiva para plantar nuevos cultivos el suelo suele volverse improductivo. Lo que hace sumamente fértil al bosque tropical es el humus –grueso estrato de árboles y plantas descompuestos- que, cuando se deforesta queda expuesto a las intensas lluvias que lavan el terreno.La agricultura no es la única causante de la tala de árboles; hay otros motivos como el trazado de caminos, instalación de poblados, construcción de represas, búsqueda de materia prima para la fabricación de papel, muebles, entre otros.
Anualmente se destruye en el mundo 11 millones de hectáreas de bosques, ritmo que, de seguir así hará que en poco más de un siglo no haya más bosques en la Tierra.


Cuando se despeja el bosque tropical por medio de la tala, la tierra pierde rápidamente su fertilidad. De esta manera, un ecosistema muy productivo se transforma en yermo a cambio de un beneficio económico a corto plazo.

Agentes que influyen en la deforestación
Agente Vínculo con la deforestación
Agricultores de roza y quema - Descombran el bosque para sembrar cultivos de subsistencia y otros cultivos para la venta
Agricultores comerciales - Talan los bosques para plantar cultivos comerciales, a veces desplazan a los agricultores de roza y quema, que se trasladan a su vez a los bosques.
Ganaderos - Talan los bosques para sembrar pastos, a veces desplazan a los agricultores de roza y quema, que se trasladan a su vez a los bosques.
Pastores de ganado menor y mayor - La intensificación de las actividades de pastoreo de ganado menor y mayor puede conducir a la deforestación.
Madereros - Cortan árboles maderables comerciales; los caminos que abren los madereros permiten el acceso a otros usuarios de la tierra.
dueños de plantaciones forestales - Aclaran barbechos boscosos y bosques previamente talados para establecer plantaciones para proveer fibra a la industria de pulpa y papel.
Recolectores de leña - La intensificación en la recolección de leña puede conducir a la deforestación.
Industriales mineros y petroleros - Los caminos y las líneas sísmicas proporcionan acceso al bosque a otros usuarios de la tierra; sus operaciones incluyen la deforestación localizada.
Planificadores de programas de colonización rural - Planifican la re localización de habitantes a áreas forestales, lo mismo que proyectos de asentamiento que desplazan a los pobladores locales, los que a su vez se trasladan a los bosques.
Planificadores de infraestructuras - Los caminos y carreteras construidos a través de áreas forestales dan acceso a otros usuarios de la tierra; las represas hidroeléctricas ocasionan inundaciones.

martes, 7 de septiembre de 2010

Esquema de los gasto de forestacion en Misiones

Costos de implantación forestal por especie en Misiones

Especie

Densidad (planta/ha)

Costo (U$S/ha)

Pino

1111

1076

Eucalipto

1111

1311

Costos de las tierras aptas para la producción forestal en Misiones

Precio (U$S/ha)

Especie

Costo (U$S/ha)

U$S/acre

U$S 300 a U$S 400

Pino

$919

$120 / 1 acre

Costo de plantación y tasa de retorno de la inversión en Misiones

Especie

Costo de la plantación (U$S/acre)

Tasa de retorno

Pino

U$S 360 - U$S 400

10 % - 12 %

Fuente: Guía Forestal Argentina SAGyP

miércoles, 25 de agosto de 2010

Cómo combatir la deforestación



De acuerdo con las recomendaciones de las Naciones Unidas, existen diversas medidas encaminadas a frenar el proceso de deforestación. Por un lado, los programas forestales de cada país, los cuales deben hacer partícipes a todos los interesados e integrar la conservación y el uso sostenible de los recursos biológicos. Asimismo, las capacidades nacionales de investigación forestal deben mejorarse y crear una red para facilitar el intercambio de información, fomentar la investigación y dar a conocer los resultados de las distintas disciplinas.

Es necesario llevar a cabo estudios que analicen las causas de la deforestación y degradación ambiental en cada país, y debe fomentarse la cooperación en temas de transferencia de tecnología relacionada con los bosques, tanto Norte-Sur como Sur-Sur, mediante inversiones públicas y privadas, empresas mixtas, etc. Por otro lado, se requieren las mejores tecnologías de evaluación para obtener estimaciones fidedignas de todos los servicios y bienes forestales, en especial los que son objeto de comercio general.

Mejorar el acceso al mercado de los bienes y servicios forestales con la reducción de obstáculos arancelarios y no arancelarios al comercio, constituye otra de las vías posibles, así como la necesidad de hacer un uso más efectivo de los mecanismos financieros existentes, para generar nuevos recursos de financiación a nivel nacional como internacional. Las políticas inversoras deben tener como finalidad atraer las inversiones nacionales, de las comunidades locales y extranjeras para las industrias sostenibles de base forestal, la reforestación, la conservación y la protección de los bosques.

La necesidad de un desarrollo sostenido


A La incidencia de la población sobre el mantenimiento de los bosques reviste caracteres de especial gravedad en el caso de la Amazonia, donde la llegada de campesinos a partir de la segunda mitad del siglo XX ha venido a trastocar el equilibrio ambiental mantenido por los pueblos aborígenes que utilizaron de los mismos durante milenios, sin que su estado de conservación resultara afectado sustancialmente. El establecimiento de nuevos colonos en estas zonas se ve favorecido por la existencia de programas gubernamentales, que conceden títulos de propiedad a los campesinos que convierten un terreno baldío en terreno productivo. Con frecuencia, los colonos talan no sólo la parcela de terreno que les ha sido asignada, sino una superficie mucho mayor. Por otro lado, el acceso a la región de estas nuevas poblaciones se ha visto favorecido por la presencia de carreteras, construidas para facilitar la explotación de estas áreas, como consecuencia de la presión que ejercen las empresas madereras, mineras y petrolíferas.

Así pues, en casos como el apuntado, la solución a los problemas que afectan los bosques pasa por un desarrollo sostenible de los recursos y una fuerte voluntad política de poner fin a la tala indiscriminada. Además, es preciso el reconocimiento de los derechos territoriales de los pueblos aborígenes que han demostrado estar comprometidos con la conservación de los bosques, y evitar la migración de los campesinos hacia estas zonas. Esta última condición precisa de una redistribución equitativa de las tierras agrícolas, de tal forma que la supervivencia y la calidad de vida del campesinado queden aseguradas y sea innecesaria la migración y la consiguiente deforestación

Causas


La deforestación, como todo proceso tiene sus causas fundamentales. Entre ellas pueden citarse: el cambio del uso del agua para actividades ganaderas y agrícolas, los incendios y enfermedades forestales o la tala incontrolada de árboles. En la actualidad, la deforestación de los bosques tropicales constituye una auténtica amenaza. Si analizamos estadísticamente tasas de deforestación en las distintas áreas ecológicamente importantes —bosques tropicales húmedos, bosques tropicales secos, bosques de llanura, bosques de montaña—, se puede concluir que, en los últimos años, este proceso ha resultado mucho más intenso en las zonas secas y semiáridas, especialmente en las montañas.

Esto es comprensible, dado que las áreas de mayor altitud o más secas resultan más adecuadas para la ganadería. Los suelos de estas regiones, en general, son más ricos y fácilmente cultivables que los suelos viejos de las llanuras tropicales, prácticamente lavados de todo tipo de nutrientes. Además de las restricciones agronómicas, hay que tener en cuenta la limitación que supone para la colonización la presencia de diferentes enfermedades, como malaria o fiebre amarilla, mucho menos extendidas en zonas de montaña o secas que en áreas húmedas.

Anualmente perdemos 13 millones de hectáreas de bosque nativo en el mundo, especialmente los bosques tropicales tanto en Asia, como en África y América. Si nos detenemos en Argentina, se ha producido una importante disminución de la selva en Misiones, Salta y Jujuy. Una de las principales causas de la deforestación es la explotación maderera. En algunos casos se aprovechan las maderas de los árboles nativos y en otros la deforestación se produce para realizar plantaciones forestales. También se tala el bosque, se aprovecha la madera y luego las tierras se destinan a la agricultura.

Sin lugar a dudas esta actividad genera serios problemas, ¿por qué? Porque no sólo afecta al medio ambiente, sino genera problemas sociales, afectando sobre todo a millones de personas que viven en el bosque y que obtienen de ellos sus medios de vida. Si bien existen regulaciones a nivel nacional para evitar la depredación de este recurso, muchas de las empresas no cumplen las normas, explotando los bosques con una intensidad y velocidad que no permite la regeneración de estos bastiones ecológicos.

Los bosques y el régimen de lluvias


Una de las funciones más importantes de los árboles es su capacidad para la evapo-transpiración de volúmenes enormes de agua a través de sus hojas. Este proceso comienza cuando el agua, por efecto del calor del sol, se evapora (pasa del estado líquido al gaseoso) y se incorpora a la atmósfera como vapor de agua. A medida que asciende y por disminución de la temperatura, el vapor de agua se condensa (se convierte en pequeñas gotas) formando las nubes. El agua condensada en las nubes cae finalmente en forma de lluvia sobre los continentes, permitiendo así el crecimiento de los árboles y de sus raíces, como también el de otros organismos vivos.

Por otro lado, una vez que sus hojas caen estas se pudren en el suelo, determinando, su enriquecimiento; ya que los nutrientes son reciclados rápidamente por las bacterias del terreno, cerrándose así un ciclo. Es decir entonces, que si se eliminan los árboles, la lluvia cesará, pues ambos factores se encuentran estrechamente relacionados. Sin la lluvia, la tierra comenzará a morir, produciéndose una fuerte erosión y la zona de bosque se convertirá finalmente en un desierto.

Sin lugar a dudas podemos citar ejemplos del fenómeno que se vino explicando. Tal es el caso del desierto de Harrapan, en Pakistán. Inicialmente se trataba de una zona rica en bosques, que disfrutaba de un régimen de lluvias adecuado gracias a los monzones (vientos estacionales): resultado así una buena muestra de ecosistema forestal auto sustentador. Los bosques fueron talados gradualmente por los ganaderos, que necesitaban hierbas para sus rebaños. La precipitación en forma de lluvia se mantuvo en la región, hasta que la tala masiva afectó a más de la mitad del territorio. Como consecuencia, las lluvias cesaron y el área se volvió árida y los bosques circundantes murieron también. En la actualidad la zona es un semidesierto, capaz de mantener tan sólo a una pequeña cantidad de personas y otros organismos que antes vivían del bosque.

Otro ejemplo es la Cuenca Amazónica, compartida por siete países, con una extensión de 6.700.000 km2. Casi 70% de esta se encuentra en Brasil (representando un 30% de la selva tropical que queda en el planeta). Parcelas de ellas que contienen la mayor diversidad biológica, colindan con terrenos talados y quemados a los que se les dará uso agropecuario. Al ritmo actual de deforestación y sumado al continuo cambio climático, los científicos aseguran que en dos decenios se destruirá 40% de la Amazonia y que otro 20% se degradará.

La deforestación, por tanto, puede ocasionar la extinción local o regional de especies, la pérdida de recursos genéticos, el aumento de plagas, la disminución en la polinización de cultivos comerciales o la alteración de los procesos de formación y mantenimiento de los suelos (erosión). Asimismo, impide la recarga de los acuíferos y altera los ciclos biogeoquímicos. En suma, la deforestación provoca pérdida de diversidad biológica a nivel genético, poblacional y eco sistémico.

fines de la deforestacion



Una de las mayores amenazas para la vida del hombre en la Tierra es la deforestación. Esta actividad que implica “desnudar el planeta de sus bosques” y de otros ecosistemas como de su suelo, tiene como resultado un efecto similar al de quemar la piel de un ser humano. ¿Por qué decimos esto? Sin lugar a dudas, los bosques ayudan a mantener el equilibrio ecológico y la biodiversidad, limitan la erosión en las cuencas hidrográficas e influyen en las variaciones del tiempo y en el clima. Asimismo, abastecen a las comunidades rurales de diversos productos, como la madera, alimentos, combustible, forrajes, fibras o fertilizantes orgánicos.

En el marco de esta actividad, La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y (CNUMAD) establece que la protección ambiental es una parte integrante de desarrollo, que debería tener como objetivo aliviar la pobreza y lograr un equilibrio entre la eficiencia económica y la sostenibilidad. Se reconoce por parte de este organismo internacional, que todos los bosques del planeta deben ser objeto de una ordenación sostenible, que garantice sus servicios y beneficios sociales, económicos y ecológicos.

Deforestación

martes, 3 de agosto de 2010

miércoles, 9 de junio de 2010

selva misionera



La selva misionera está ubicada en la región nordeste del país y es la región forestal natural por excelencia. Misiones presenta magníficas condiciones ambientales y se caracteriza por ser boscosa con clima subtropical. En la mesopotamia se concentra el 57% de los bosques plantados del país, sobre todo pinos y eucalipto. Debido a las precipitaciones abundantes y confiables, el clima y el suelo, sostiene una tasa de crecimiento forestal muy elevada. El promedio anual de precipitaciones oscila entre 1750 y 2000 milímetros por año.

Sector celulósico-papelero

El sector celulósico-papelero es uno de los pocos sectores primarios que genera, tanto beneficios ambientales, como sociales, y es uno de los pilares de la economia misionera. argentina cuenta con un gran potencial forestal y tiene participación en el mercado mundial con diversos productos, siendo la celulosa y el papel, los productos de mayor participación.

La industria maderera procesa alrededor de 7 millones de metros cúbicos de madera en bruto por año y del total de su produccion existe un importante excedente que posee excelente aptitud para la fabricación de pasta celulósica, que se destina a la elaboración de papel. Notables efectos positivos tiene el desarrollo forestal en la industria que utiliza la materia prima forestal como insumo, específicamente la industria celulósica papelera.

La producción de papel y de sus derivados creció un 25% entre 1990 y 1996. Este sector ha crecido lenta pero sostenidamente en este período; el aumento de la producción reviste gran importancia.

El consumo de papel en Argentina es de 36 kilogramos anuales por persona. El papel ha adquirido importancia en el consumo masivo y ha aumentado notablemente su demanda con objetivos de comercializacion.

No existe ninguna legislación que prohiba el uso productivo de plantaciones boscosas y privadas. Los planes de inversion de las empresas privadas se desarrollan a largo plazo, debido al extenso ciclo que tiene el productos.

La selva paranaense, o selva misionera, cubría a principio de siglo cerca de un millón de kilómetros cuadrados. En la actualidad, sólo cerca del cinco por ciento de la extensión original permanece en pie, y la mayor parte está en Misiones: pero alcanza sólo el 35 por ciento del territorio provincial.

En esa enmarañada masa de vegetación que es la selva misionera, se distinguen seis estratos, determinados de esa manera a partir de la altura de las especies vegetales. El de los emergentes o gigantes está conformado por árboles cuyas alturas oscilan entre los 30 y 40 metros; el de los árboles grandes, que sobrepasan los 15 metros; el de los medianos, integrado por árboles jóvenes que aún están en desarrollo.

Entre los estratos de vegetación más baja figuran el arbustivo, integrado por arbustos, enredaderas y helechos arborescentes, y el estrato herbáceo, conformado por aquellos vegetales que están al ras del suelo.

La biodiversidad de Misiones es muy variada. Los elementos que integran los cientos de ecosistemas se complementan entre sí y se constituyen en el sustento de todo lo que está vivo en la tierra colorada, mamíferos, insectos, aves, reptiles y toda la vegetación. Son el sustento también del agua, que nace sana y cristalina en el medio del monte.

El recurso más valioso de Misiones es la flora. La provincia tiene cerca de treinta mil kilómetros cuadrados y cerca del 35 por ciento de su territorio está cubierto por vegetación. Hay lugares donde se registraron alrededor de 150 especies en sola una hectárea. Y ese potencial, rodeados de cientos de atractivos se conjugan para hacer de Misiones una de las zonas con mayor oferta turística.

El turismo tradicional, el alternativo, el de aventuras y el ecoturismo son los pilares de esta provincia que tiene la intención de hacer de la actividad, una industria real. Se agrega la historia del hombre, aborígenes e inmigrantes, que ofrecen su rica experiencia definida como turismo cultural.

Los típicos caminos misioneros, la sacrificada historia de su gente, los cientos de saltos y cascadas, los árboles (no en vano bautizaron los guaraníes a esta zona como e yvyrá-retá, es decir, el lugar de los árboles), las actividades rurales y hasta los mitos y leyendas de un pueblo generoso se conjugan siempre para sorprender a propios y extraños, para hacer de Misiones una provincia turística.

La base, la esencia, está en la vegetación. Hasta hace poco, Misiones era sinónimo de selva, en todo el mundo. Pero la región, sus 29.800 kilómetros cuadrados, no quedaron ajenos a la deforestación para abrir ciudades o potenciar industrias. Y así comenzó a crecer.

perservar la vida forestal

Preservar el monte será preservar la vida y toda posibilidad de desarrollo de esta provincia que en sí misma representa apenas el 0,8 por ciento de la superficie total de país y está unida al resto de la Argentina sólo por el 20 por ciento de su superficie (el 80 por ciento restante son límites internacionales).

La mayoría de las propiedades que celosamente guarda la selva misionera no fueron descubiertas todavía. Se cree que es un gran reservorio para áreas de importancia tales como la salud, la alimentación y hasta la industria textil.

Mientras tanto, todo ese conjunto de paisajes, historia, flora y fauna, de biodiversidad, está a disposición de todo el planeta.